No se conocen las causas que llevaron a ese hombre a intentar un suicidio a la vieja usanza, es decir, tirándose pro el viaducto. Todo un clásico. Sí que se conocen algunas de sus palabras, parte del diálogo con sus salvadores: "Estoy harto, he petado", decía el hombre mientras se asomaba al vacío en el puente de Segovia, en Madrid.

Cuando ya estaba preparado para matarse, un sacerdote que pasaba por el lugar se percató de la situación. Tan sólo llevaba diez días ordenado y ya le ha tocado lidiar con una situación de lo más compleja.
El cura intentó disuadir al joven de su decisión. Estuvo un rato con él e incluso le impartió la bendición y la extremaunción, en el caso de que finalmente se tirara por el viaducto. Más tarde aparecieron un seminarista y un repartidor de publicidad. Ambos no dudaron tampoco en intentar que el joven no llevara a termino su idea de matarse.
El momento más complicado se produjo cuando el joven saltó la valla metálica que le separaba del vació. Inmediatamente el seminarista y el repartidor saltaron la luna antisuicidios y le agarraron rápidamente evitando así su muerte. Ya entonces llegó la Policía y el Samur y le trasladaron al hospital.
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