La Asociación Recuerdo y Dignidad, la Fundación Aranzadi, familiares y
voluntarios localizaron el pasado fin de semana tras horas de búsqueda,
cinco años de investigación y casi 77 de espera los restos de cuatro
fusilados durante la Guerra Civil (aunque estos casos no fueron en el
frente) en término de Barcones. Se cree, además, que junto a esta fosa
existe otra con los otros seis cuerpos enterrados tras los asesinatos
del 14 de agosto de 1936.
La fosa localizada hasta ahora, a falta de que los análisis científicos
lo confirmasen, son los de Arsenio Martínez (chófer, 33), de Tomás Cué
(ferroviario, 30 años), Fermín González (alpargatero, 50 años) y Antonio
Lafuente (metalúrgico, 34 años). Todos ellos residían en la capital,
pasaron por la cárcel de Almazán y fueron fusilados por su pertenencia a
la CNT.
También se buscaban los restos de Juan Pablo Rica (sastre y Concejal de
Cultura de San Esteban, 46 años), Bernabé Esteban (jornalero, 37 años),
Juan Ballano (agricultor, 35 años), Cándido Muyo (jornalero, 26 años),
Máximo Redondo (ferroviario, 36 años) y Mariano González (ferroviario,
35 años). Todos ellos fueron fusilados en torno a las 14.00 ó 15.00
horas del 14 de agosto de 1936. Esta segunda fosa se ubicaría, según los
testimonios, junto a la primera aunque por el momento los voluntarios
se han centrado en el primer enterramiento, que no obstante necesita más
trabajo.
Desde Recuerdo y Dignidad señalaron que «la búsqueda empezó hace cinco
años a petición de los familiares de Cándido, Arsenio y Juan Pablo. Con
posterioridad la ASRD ha ido localizando a los descendientes de las
otras víctimas averiguando que alguno de ellos no los tuvo o están
fallecidos y contactando con los que sí dejaron descendencia».
Algunos de los familiares ya habían intentado localizar los restos de
sus seres queridos hace más de tres décadas, aunque hasta ahora no se
había logrado encontrar el lugar de los hechos. En el caso de las
labores desarrolladas durante este fin de semana, a los voluntarios se
sumó el antropólogo Francisco Etxebarría, la Alcaldesa de Barcones, el
teniente alcalde, cuatro o cinco personas más del pueblo y un familiar
de Arsenio Martínez con un amigo. Primero se probó sin éxito en un
montículo señalado por uno de los testigos.
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