El debate sobre el futuro del euro y la conveniencia de estar dentro o fuera de él rebrota con fuerza desde las cuatro esquinas de Europa. Islandia, uno de los países referente de esta inacabable crisis, acaba de dar portazo, por lo menos temporal, a la moneda única.
La isla de los géiseres y los glaciares, la primera víctima de la crisis financiera y cuyas recetas radicales para luchar contra ella han acaparado la atención de medio plantea, ha decidido suspender las negociación con la Eurozona. Su nuevo Gobierno emplaza a sus ciudadanos a decidirlo en un futuro referéndum, en el que se votará si prosigue las discusiones con Europa.
El Nobel de Economía, Laureate Phelps, aplaude la decisión de frenar su entrada en la moneda única. Considera que es probable que Islandia evite muchos de los riesgos que sufre la Unión Europea. “Todavía estamos aprendiendo acerca de la experiencia europea y en qué medida va a tener éxito ", ha declarado Phelps, de 79 años, en una entrevista con Bloomberg. "No está descartada la posibilidad de que el experimento resulte inviable, fallido."
Islandia puede pisar el freno de sumarse a una moneda dominada por Alemania, pero otros ya están dentro y lo que empiezan a platearse es salir. En Grecia crece el sentimiento antieuro, aunque todavía una mayoría parece respaldarlo. En la región de Dytiki Macedonia el desempleo juvenil ha alcanzado el 75% y los problemas económicos y sociales son cada vez más difíciles de manejar. Si el verano pasado el economista jefe de Citi, Willem Buiter estaba convencido de que Grecia tenía 90% de probabilidades de abandonar el euro el 1 de enero de 2013, hoy en día Buiter reduce las probabilidades en un 60%, pero sigue convencidos de que el escenario propicio para ello se producirá en el año 2014, después de las elecciones alemanas.
En Portugal un nuevo libro que pide la retirada del euro y el retorno al escudo se ha encaramado al ránking de la lista de ejemplares más vendidos. Por qué debemos abandonar el euro está escrito por el profesor João Ferreira do Amaral del Instituto Superior de Economía e Gestão (ISEG) y cuenta con el respaldo del presidente del Tribunal Supremo de la Corte Suprema de Justicia de Portugal y comulga con las tesis del Secretario General del Partido Comunista Portugués, que ha llamado a un referéndum sobre el euro y la Unión Europea. De Sousa dice que la UE es "irreformable", ha sido secuestrada por un "directorio" de los poderes dominantes, y ha conducido a la muerte de la soberanía portuguesa.
Otros que querían entrar se lo están pensando. Como Polonia. Por lo menos hasta 2015. En marzo pasado, el presidente polaco, Bronislaw Komorowski, ha decidido darse otros 2 años, el tiempo necesario para "evaluar los costes y beneficios". En el fondo late el miedo a acabar como Eslovenia, con la que tiene muchas similitudes y que ahora afronta el riesgo de impago de su deuda. Es el caso de Bulgaria, cuya entrada estaba prevista para enero de 2014 y ahora espera al desenlace de la crisis para unirse.
Otros parecen decididos a entrar. El último en hacerlo fue Estonia en 2011: con una economía en crecimiento y la deuda pública a niveles históricamente bajos (6,6% del PIB). Bruselas considera que este pequeño país de una de las "joyas" de ' la UE, sólo superado por Finlandia.
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