viernes, 1 de febrero de 2013

La Casa Real, en tela de juicio.


A estas alturas, la Casa Real atraviesa uno de esos momentos donde factores como su credibilidad y buena imagen se han puesto como nunca en tela de juicio. El juez José Castro que instruye en el caso Noós acaba de dar resonantes pasos en la investigación, aunque el curso de las causas judiciales lleva sus tiempos, y más en esta compleja trama, en pos de aclarar uno de los supuestos escándalos de corrupción del momento.

La citación en calidad de imputado del asesor de las infantas, Carlos García Revenga, ha dado un giro más que trascendente a la causa y ya salpica directamente a la monarquía española, que ha venido adoptando una actitud por demás sigilosa en todo este tiempo en relación al caso.

La Familia Real (en particular la Infanta Cristina) seguramente estará pendiente de los próximos pasos del inefable Diego Torres, el exsocio de Iñaki Urdangarin. Su postura chantajista parece permanentemente recordar a todo el mundo, en cada aparición pública, que todavía se guarda bajo la manga decenas de correos comprometedores y documentación delicada no sólo para el Duque de Palma.

Afortunadamente, las últimas decisiones del juez Castro parecen avanzar en dirección contraria a esos temores y malos presagios. En el auto, el magistrado acusa a Urdangarin de utilizar el instituto Nóos como "paraguas de bondad y de ayuda al prójimo para desviarse fondos públicos". Recalca a su vez que los gobiernos de Valencia y Baleares vulneraron el procedimiento administrativo para otorgar el dinero al Duque de Palma y dispensarle así un trato de favor. No es menor el trabajo ni la férrea tarea que el juez parece emprender, solicitando además una fianza civil de 8,1 millones de euros para marido de la Infanta Cristina.

En horas amargas para la Casa Real, vienen otra vez a la memoria las deterioradas últimas acciones que envuelven cada vez más a la monarquía en una atmósfera crítica. Desde las disculpas públicas de Don Juan Carlos el pasado año hasta el silencio más sepulcral de la Corona en las últimas horas, tras la imputación de García Revenga, la desvencijada imagen de la realeza española no será fácil de revertir. Y más con lo que puede llegar a venir.

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