“Yo estoy aquí por ella”, ha señalado Barack Obama tras descubrir en el Capitolio la estatua de Rosa Parks, la mujer negra que en 1955 se negó a ceder su asiento en el autobús a un pasajero blanco. Ese gesto convirtió a Parks, que falleció en 2005 con 92 años y que este mes hubiera cumplido los 100, en un símbolo del movimiento a favor de los derechos civiles en Estados Unidos.
En 1955, Parks se negó a ceder su asiento a un pasajero blanco en un autobús de Montgomery, desafiando las leyes profundamente segregacionistas de Alabama. La actitud de Parks le costó la cárcel, una multa de 14 dólares y el puesto de trabajo a ella y a su marido. Su arresto provocó un boicot del servicio de autobuses del Estado liderado por un reverendo negro, entonces desconocido, llamado Martin Luther King.
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