La invasión nazi entre 1941 y 1944, y el reguero de muerte y miseria que dejó —matanzas de civiles como las de Dístomo o Kalávrita, la muerte de 300.000 personas por inanición, la ejecución y el exilio de decenas de miles de opositores—, está grabada de manera indeleble en la memoria colectiva de Grecia. No es, por tanto, una cuestión de dinero, sino de justicia histórica, insiste el Ejecutivo.
El documento, obra de un grupo de expertos facultados por el Ministerio de Economía y que desde marzo está en manos de Avramópulos y del primer ministro, el conservador Andonis Samarás —quien se reserva la última palabra—, se basa en el análisis de 791 volúmenes de archivos, 190.000 páginas de documentos en total, muchos de ellos arrumbados en sacos en los sótanos de edificios públicos desde hace décadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario