Por Messi. Es el argentino quizás el mejor jugador de la rica historia del fútbol, la misma que camina por su tercer siglo de existencia. Y cuando los términos superlativos aparecen, el resultado siempre dependerá en realidad de él. Capaz de lo mejor casi sin excepción, que el Barça pase o no dependerá muy mucho de ‘La pulga’. Y eso es siempre una ventaja que los demás no tienen.
Por la Champions. El Barcelona resulta muy fiable en la primera competición de clubes del mundo, donde ya acumula cuatro entorchados y acabó hace tiempo con el victimismo que le propiciaba su historia, llena de desastres en finales como ante el Steaua de Bucarest en Sevilla (1986) o la final de los postes en Berna contra el Benfica de Eusebio (1961). Ahora es un club ganador, con tres títulos desde 2006.
Por los Madrid-Barça. Y es que la proeza del Real Madrid en Old Trafford contra el Manchester United sigue habilitando, por supuesto, a que la sangría de Clásicos tenga su prolongación en esta Liga de Campeones. Tanto en una eliminatoria a doble partido, en cuartos o semifinales, como en la final del próximo mes de mayo en Wembley. Este sería, probablemente, el mejor último partido posible en la historia de la competición.
Por el peor Milan. Aunque está mejorando sobremanera en la Liga italiana, y con la victoria frente al Barça, este es de largo uno de los peores Milan de la historia moderna, donde la presencia de enormes estrellas futbolísticas mundiales queda reducida hoy en día a una que no puede jugar, Marco Balotelli. Ya no es tan relevante Robinho y El Shaarawy apenas lució en la ida.
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